Un breve fragmento de una conferencia dada en Seattle, Washington en septiembre de 2013.
Los humanos primero crecen escuchando. Tenemos que escuchar todo primero de nuestra madre, padre o familia. Luego, cuando el cerebro crece, estudiamos a, b, c, d, y usamos calculadoras con sonidos que nos ayudan a practicar. A partir de ahí, juntamos palabras y luego oraciones. Luego viene la gramática, después otras materias. Después de 15 ó 20 años estudiamos ciencia médica, geografía, ciencia, historia o literatura. Entonces nos convertimos en un profesor o un doctor o algo. Lo que escuchamos, recibimos ese mismo conocimiento. Lo que no escuchamos, nunca recibimos ese conocimiento. Si comparamos la visión con la audición, nuestros ojos no son los primeros en recibir el conocimiento. El oído es el primero. El primero es sravanam, que significa escuchar. Por ejemplo, si alguien viene, lo vemos y le preguntamos: "¿Quién eres?" Ellos me miran y pueden decir: "Me estás viendo ¿Cómo puedes preguntar quién soy?" Pero por ver no entendemos nada acerca de la persona, entonces debemos preguntar: ¿Cuál es tu identidad? "Después ellos dirán," Este es mi nombre, o yo vine de tal y tal lugar, o este es mi trabajo. " Entonces podemos entender. Pero primero tenemos que escuchar. Si no escuchamos, no entenderemos y diremos: "Oh, esta es una persona, pero ¿quién es?, no lo sé". Así que el primer sentido en recibir conocimiento es nuestro oído. Para recibir conocimiento, para nuestra memoria o para entender, nuestra primera necesidad es escuchar. Por lo tanto, en nuestro camino devocional lo primero es escuchar, sravanam. Para los seres humanos, si oyen de una manera diferente o incorrecta, también se ocuparán de los asuntos de la manera incorrecta. Alguien puede venir y decir: "Yo soy tu amigo, estamos cerca, o vine por este camino", sólo para engañarnos. Los seres humanos tienen estas cualidades. Lo que hablen, piensen o hagan, nadie será capaz de entender. Incluso si viven juntos con familiares y amigos, nadie en el exterior sabrá lo que están pensando o haciendo. Esta inteligencia es tan brillante y científica, y los sentidos que se nos han dado como humanos. En realidad Dios nos ha dado todas estas cosas para que podamos entenderlo a Él, a nosotros mismos y a esta creación. Cuando entendemos, obtenemos paz, felicidad y satisfacción.