¿Qué es el amor? El amor material no es amor. Pensamos que el amor es como un dulce. Todo el mundo ama los dulces y las palabras dulces. A todos les gusta esto. Aun así, las cosas dulces no son saludables, mientras que las cosas amargas son saludables. Este es un sistema alternativo de cuidado para el cuerpo humano. La gente no comprende qué es lo mejor para su cuerpo. La mayoría de las medicinas son amargas. Sin embargo, la lengua prefiere lo dulce y piensa que esto es la felicidad. En este cuerpo humano, obtenemos sabiduría con nuestro conocimiento y no con nuestros sentidos. Debemos desarrollar nuestra inteligencia para que podamos escoger lo que es bueno para lo de adentro, no para lo de afuera. Los humanos son capaces de ser conscientes tanto de sus necesidades internas como externas. En el Bhagavad-gītā está escrito, yo ‘ntaģ-sukho ‘ntar-ārāmas[1] – lo que es bueno para nuestros adentros, es felicidad – lo que no, no es felicidad. Si realmente amamos a alguien tenemos que ser amargos. Esto es verdadero amor. Si quieres matar a alguien, sé dulce. El amor material es flojo. Para proteger y mantener el amor verdadero, debe ser sacado de su condición material. Esto es un tópico muy elevado. Un ejemplo es el de Bhārata Mahārāja y su amor por un pequeño ciervo, que le trajo dos vidas más de miedo. Finalmente, abandonó todo y se volvió un avadhūta.
Otro ejemplo es una historia acerca de Cāņakya Paņdita. Una vez él estaba caminando en un camino cubierto con muchas plantas espinosas. Para resolver su problema, trajo una mezcla de leche y azúcar y lo vertió sobre las raíces. “¿Por qué haces eso?” la gente le preguntó. Él respondió, “cuando las raíces estén dulces las hormigas vendrán y se las comerán, y luego las plantas serán destruidas.”
Si no hay miedo, no hay rendición. Nuestros sentidos, mente y ego solo se rendirán cuando haya miedo – que es necesario para controlarlos. Es especialmente necesario temer al sādhu y al Guru. Por ejemplo, cuando Guru Mahārāja estaba sentado en su silla, nadie se atrevía a pasar enfrente de él.
Todos necesitan postrarse para controlar los sentidos y la mente. Son muy difíciles de controlar. Hoy en día en esta nueva era, la gente quiere amor. Piensan que todo es bueno, porque no conocen la verdad. No conocen la ciencia espiritual. Quieren ser materialmente felices, tener amor y paz. ¿Dónde está la paz? Quieren el “tratamiento de la risa”, donde son felices y todos ríen juntos. Pero la verdadera felicidad viene de adentro, y lo que ellos hacen es artificial. No es auténtico y no pueden obtener ningún beneficio verdadero. Kŗşņa es la verdad real. Él es sac-cid-ānanda. Debemos de realizar quién es Él.
īśvarah paramah kŗşņah sac-cid-ānanda-vigrahah
anādir ādir govindah sarva-kāraņa-kāraņam
Kŗşņa, quien es conocido como Govinda, es el Dios Supremo. Él tiene un cuerpo espiritual eternamente bienaventurado. Él el origen de todo. Él no tiene ningún otro origen y Él es la causa de todas las causas. (Śrī Brahma-samhita, 5.1)
El amor real no es una cosa ordinaria – es trascendental. ¿Por qué Kuntī pidió que se le diera todo el sufrimiento? Porque ella sabía que aquí todo es māyā. Si sufrimos aquí, entonces recordamos a Kŗşņa y Lo realizamos.
En este mundo, el amor material es muy peligroso. Si odias a alguien puedes separarte de ellos muy fácilmente, pero si los amas, es mucho más difícil. Muchos ācāryas, como Jada Bharata, Ŗşabhadeva y Dattatreya querían que la gente los odiara para que pudieran estar desapegados. El amor no es un tópico fácil en este mundo material, social y familiar. Debemos pensar acerca de la verdad y tener libertad para el alma. Amor real y amor material son opuestos – como el día y la noche.
Algo puede aprenderse sobre este tema de Guru y los sādhus. Guru y los sādhus solo tienen una relación con el mundo espiritual, no tienen nada que ver con el mundo material. Cuando el miedo está ahí, algo puede aprenderse. Sin miedo, no puede haber ningún aprendizaje o bhakti.
tad viddhi praņipātena paripraśnena sevayā
upadekşyanti te jñānam jñāninas tattva-darśinah
"Tan solo trata de aprender la verdad acudiendo a un maestro spiritual. Hazle preguntas de un modo sumiso y préstale servicio. Las almas autorrealizadas pueden impartirte conocimiento porque han visto la verdad". (Bhagavad-gītā, 4.34)
Un discípulo es aquel que sigue la disciplina dada por el Guru. Toman iniciación para salir de este mundo material. Esto es amor que viene del alma, amor por Kŗşņa. Externamente hay miedo y distancia. Guarda la distancia. El Guru puede dar la ciencia espiritual y aceptar el servicio del discípulo. Tú ves que, hasta el final, cuando Guru Mahārāja estaba sentado en su silla, nadie pasaba enfrente de él. ¿Significa que él no tenía amor? No, él tenía un amor real. Cuando hay miedo, los sentidos y la mente están controlados, y la práctica es posible.
Algunas personas vienen al templo y hacen kīrtana, comen prāsadam y se van. Tratan el templo como un club new-age, e internamente no tienen realización o cultivo. Les gusta escuchar algo de música, tener algo de socialización y luego ya terminaron. Pero debe haber alguna práctica dentro para liberarse del deseo material. Mientras los deseos materiales no sean removidos no habrá libertad de este mundo material.
Como se ha dicho en el Śrī Śikşāşţaka, ceto-darpaņa-mārjanam – todos los deseos deben ser limpiados. Hoy en día, muchos no pasan por este proceso, porque es muy profundo, y no quieren examinar asuntos profundos. Piensan que pueden hacer algún grupo, y con dulces palabras, con ‘amor’ y abrazos, su prédica será exitosa. Pero no tendrá éxito porque es superficial. La relación de maestro espiritual y discípulo es con el alma, con Kŗşņa, y no tiene nada que ver con el mundo material.
Hubo un tiempo cuando Buddha era un príncipe. Su nombre era Gautama, y él estaba desapegado. No se mezclaba con otros, y no tenía amigos. Su padre y madre querían cambiar su mente, así que ocuparon a una hermosa y encantadora prostituta para que fuera con él. Ella conocía muchas artes y podía cantar. Ella fue con Gautama y dijo, “Tú eres un príncipe. ¿Por qué te quedas solo? Ven, iremos y bailaremos y beberemos algo. Te amo.” Gautama dijo, “Te amo, pero no me gustan esas otras cosas.” Después de que Gautama se volvió Buddha, empezó a predicar. La prostituta se hizo vieja y fue afectada por la lepra. Ella se mudó fuera de la ciudad y tenía una vida de sufrimiento. Cuando Buddha oyó sobre su condición fue a visitarla. Él dijo, “Soy yo, Gautama. Te amo. He venido a verte.” La prostituta se enojó y dijo, “¿Por qué vienes conmigo ahora? Cuando era joven y hermosa, todos me miraban y tú me rechazaste. Ahora tengo lepra y estás aquí.” Buddha dijo, “sí, de verdad te amo, por eso estoy aquí. Amo tu alma, no tu piel.” El alma nunca se vuelve leprosa. Ella se volvió su discípula y practicó, y se volvió libre de todo sufrimiento.
Los mahātmas, mahāpuruşas – grandes almas – tienen realización. Sus actividades, habla y significados son diferentes de los de la gente ordinaria.
Extracto del libro "Bhakti tattva vicar"
Notas
[1] yo ‘ntah-sukho ‘ntar-ārāmas
tathāntar-jyotir eva yah
sa yogī brahma-nirvāņam
brahma-bhūto ‘dhigacchati
Aquel cuya felicidad es interna, que es activo y se regocija por dentro, y cuya meta es interna es en realidad el místico perfecto. Él está liberado en el Supremo, y al final alcanza al Supremo. (Bhagavad-gītā, 5.24)