Nuestros Vedas - el conocimiento védico - dice: “Ustedes son los hijos de la inmortalidad". Todos ustedes son inmortales. No tienen nacimiento ni muerte. Todos ustedes son sirvientes del Señor. ¿Por qué tienen miedo del nacimiento y la muerte? ¿Por qué tienen miedo? Siempre tienen miedo de algo. Cuando se rinden al Señor - aśoka, abhaya – no necesitan sentir pena o infelicidad; no necesitan llorar por ninguna pérdida; y no necesitan estar ansiosos de tener algo más, na śocati na kāṅkṣati samaḥ sarveṣu bhūteṣu (Bhagavad-gītā 18.54). Tal devoto ve todo con igualdad, y esa ātmā está morando en todas partes.
La gente trabaja duro de la mañana hasta la noche. ¿Por qué? Es por no realizar el ātmā. Para conocer el ātmā, el cuerpo es necesario. Si morimos, ¿quién estará vivo? El cuerpo es necesario solo para realizar, servir y recordar esa ātmā. ¿Cómo haces eso? Eso será explicado por tu maestro espiritual.
Luego debes aprender cómo hacer bhajana. ¿Qué es el bhajana? No solo es “Hare Kṛṣṇa, Hare Kṛṣṇa”. Incluye muchas cosas – ¿cuáles? Todas tus actividades y palabras, toda la comida que tomas – todo – debe ser favorable y para propósitos devocionales. Eso en combinación con el hari-nāmam te ayudará. Sin embargo, tú nunca sigues ninguna regla ni regulación y nunca sigues lo que es útil para tu devoción. Debes discutir estos temas, todas las actividades devocionales y lugares; solo entonces es favorable. Debes dejar lo que es desfavorable
bhakti-yogena manasi samyak praṇihite ’male apaśyat puruṣaṁ pūrṇam māyāṁ ca tad-apāśrayām — Śrīmad-Bhāgavatam 1.7.4
Si controlas tus sentidos a través de la devoción, el divino maestro o las bendiciones del Señor Supremo, entonces realizarás la verdad. Puedes alcanzar esa etapa sublime; entonces puedes hacer tu vida sublime. Debemos llegar a esa etapa
ādau śraddhā tataḥ sādhusaṅgo ’tha bhajana-kriyātato ’nartha-nivrittiḥ syāt— Bhakti-rasāmṛta-sindhu 1.4.15
Si haces bhajana, todos tus anarthas serán limpiados. ¿Cuáles son esos anarthas? Hay muchos anarthas. Tú no sabes quién eres. Si realmente haces bhajana, entonces puedes realizarlo hasta cierto grado. Aceptarás lo que es favorable para tu devoción y rechazarás lo que es desfavorable, y puedes tener un vislumbre de la verdad. Continua haciendo eso con niṣṭhā. La práctica regular gradualmente te lleva al apego y al bhāva – niṣthā, ruci, āsakti, y bhāva. Cuando llegas al bhāva, entonces estás llegando a la frontera de la devoción y la vida devocional. En la mañana, la obscuridad de la que tenías miedo se está llendo. No puedes ver nada en la obscuridad y no sabes que pasará. Cuando se va al amanecer, antes de que salga el sol, cuando llega esa etapa, quedas libre del miedo y puedes ver claramente. Todo es claro, y en ese estado claro puedes ver al sol salir. Cuando sale el sol, puedes derivar toda la felicidad; eso es llamado prema. Primero viene el bhāva y luego prema. Debemos llegar a esa etapa. ¿Cómo podemos lograrlo? es por el sādhana; debemos hacer sādhana. ¿Por qué debemos hacerlo? Los maestros explican sobre kāma y prema. ¿Qué es kāma? Kāma es comparado con la obscuridad completa, y el prema es comparado con la luz del sol completa. Sin sādhana, ese amanecer a través del cual puedes ver todo nunca llegará a tí. A menos que salga el sol, cómo puedes tener luz de sol? ¿Qué es esa luz de sol? El sol es comparado con el Señor Kṛṣṇa, y si obtienes la luz de Kṛṣṇa, entonces toda tu obscuridad se irá: ni una chispa de maldad influenciará tu mente e intelecto. Estarás libre de eso; serás puro. No puedes ver esa luz. No puedes tener esa luz sin anhelarla; sin práctica y sin completa rendición. Sin completa rendición al maestro espiritual y al Señor, no serás capaz de comprenderlo.
A mucha gente le gusta mucho escuchar los pasatiempos de Rādhā-Kṛṣṇa y los pasatiempos del rāsa-kriḍā. Sin embargo, si los escuchan, se volverán esclavos de kāma, lujuria. Mientras escuchan dicen, “Oh, muy bien. Emocionante! Emocionante!” En realidad, esto no es prema. No puedes realizar el prema de esa manera. Debes pasar de la clase uno a la clase dos, y luego a la clase tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho y nueve para volverte un maestro. No es "brincando alto"’! Si lo que es discutido por los estudiantes avanzados se le dice a un pequeño niño de la clase uno o dos, ¿qué va a entender? ¡No va a entender nada! Nuestros maestros religiosos realizados, nuestros ācāryas, nunca dijeron nada cuando un estudiante no estaba preparado.
De una conferencia en Zagreb, Croacia, el 29 de junio de 1999.