El cuerpo de un bhogī, el cuerpo del rogī, y el cuerpo del yogī son diferentes. Un bhogī siempre mantiene la gratificación de los sentidos. Desde ahí desarrolla el cuerpo de un rogī – enfermo, con muchas enfermedades. El cuerpo de un yogī es diferente. La mente y los sentidos están controlados y no disfruta la gratificación de los sentidos. Yogeśvara, Kṛṣṇa, explicó cómo realizar el alma y quedar libres de este enredo material. Si leen el Bhagavad-gītā y el Bhāgavatam, entienden que ahí están muchos procesos de yoga – karma, jñāna, sāṅkhya, bhakti. Entre todos los yogas, el bhakti-yoga es el más fácil, el más simple y el más benéfico. Pero ¿cuál es la diferencia? El ego.
Este ego, que todos sienten, es ego falso – la idea del ‘Yo’ y lo ‘mío, ‘tú’ y lo ‘tuyo’, ‘él’ y lo ‘suyo’. Este ego está creando diferencias, poniéndonos en diferentes posiciones falsas. Toda clase de falsas designaciones están ahí como resultado de identificarse con el tiempo, el lugar, la educación, la propiedad, la sociedad, y el poder.
Los Yogīs que practican prāṇāyāma, para abrir sus cakras y todas esas otras cosas, tampoco pueden salir de su ego. A veces muchos grandes yogīs, que tienen todas las perfecciones – como poder curar a otros, cambiar su cuerpo, crear palacios y muchas otras cosas – se caen por la lujuria, la ira y el prestigio. La gente los adora como dioses. En la India ves a muchos de estos ‘dioses’, bābās, que tienen estos tipos de perfecciones.
Es muy difícil salir de este ego. Dondequiera que esta mente, inteligencia y ego estén ahí, el alma no puede ser libre. En sánscrito se le llama liṅga-deha. Cuando el alma se libera del ego, entonces continua hacia la vida espiritual. De otra manera, puede llegar a los planetas celestiales – Janaloka, Tapaloka, Mahāloka, Satyaloka – pero no puede salir de este mundo material.
Solo el bhakti-yoga sacará a alguien de su ego. El proceso de austeridad y otros yogas no lograrán esto. Es un proceso de rendición. Nos ofrecemos a nosotros mismos – nos consideramos sirvientes – gopī-bhartuh pada-kamalayor dāsa-dāsānudāsah.[1]
Somos sirvientes de los sirvientes de los sirvientes, y nos rendimos a Él. Practicamos el proceso de rendición. Es la manera más rápida, fácil y simple de alcanzar la más alta perfección de la vida. Si practicamos cuidadosamente, de acuerdo con los principios, manteniendo la pureza, y estando libres de las ofensas, podemos obtener la misericordia de Hari, Guru y los Vaiṣṇavas, lo cual es necesario para conquistar el ego.
[1] nāhań vipro na ca nara-patir nāpi vaiśyo na śūdro nāhań varṇī na ca gṛha-patir no vanastho yatir vā kintu prodyan-nikhila-paramānanda-pūrnāmṛtābdher gopī-bhartuḥ pada-kamalayor dāsa-dāsānudāsaḥ ‘No soy un brāhmaṇa, no soy un kṣatriya, No soy un vaiśya o un śūdra. Ni tampoco soy un brahmacārī, un hombre de familia, un vānaprastha o un sannyāsī. Me identifico solo como el sirviente del sirviente del sirviente de los pies de loto del Señor Śrī Kṛṣṇa, el mantenedor de las gopīs. Él es como un océano de nectar, y Él es la causa de la bienaventuranza trascendental universal. Él siempre existe con resplandor.’ (Śrī Caitanya Caritāmṛta, Madhya 13.80)
Tomado de Bhakti Tattva Vicara
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