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El robo de los libros de los 6 goswamis

Writer's picture: Balarama DasBalarama Das

La Misión se Inicia

Al llevarse a cabo una gran asamblea de Vaishnavas, Shri Jiva llamó al frente a Narottam Das: “Desde este día en adelante, tú serás conocido como Narottam Thakur Mahashoy”. Entonces llamó a Shrinivas:

“Tú serás conocido como Shrinivas Acharya”. Y para terminar, a Dukhi Krishnadas: “Debido a que has traído placer a Shrimati Radharani, tú serás conocido como Shyamananda”. (para la historia completa de cómo Shyamananda recibió este nombre, por favor vean el capítulo final de este libro). Tras darles estos títulos, Shri Jiva les habló acerca de su misión en sankirtan de viaje con destino a Bengala, Orissa y otras provincias de la India.12

El distinguido triunvirato no quería abandonar la tierra sagrada de Vrindavan, mas ellos comprendieron plenamente la importancia de su misión divina. Se dirigieron con sus gurus iniciadores, quienes les dieron sus bendiciones, y éstas les infundieron el entusiasmo necesario para comenzar. Cuando ellos regresaron ante Shri Jiva, le encontraron haciendo las preparaciones para el largo y arduo viaje que les esperaba. Después de todo, ellos eran los tres mejores de entre sus estudiantes, y él no escatimaría ningún esfuerzo por su bienestar.

Shri Jiva empeñó a un rico mercader de Mathura que era su discípulo, quien le proveyó de una enorme y espaciosa carreta para cuatro fuerte bueyes, y diez guardias armados. Los manuscritos –los trabajos originales de Rupa, Sanatan, Gopal Bhatta, Raghunath Das y el mismo Jiva, entre otros– fueron cuidadosamente colocados en un gran baúl de madera, al cual se le pusieron cerraduras, y fue cubierto por una manta especial con cera. Algunos dicen que los manuscritos guardados ahí, eran las escrituras originales que existían de estos trabajos, y por ello, Shri Jiva estaba molesto al empacarlas y tener que escoger los hombres apropiados que les acompañarían. Otros dicen que Shri Jiva había puesto a escribas para que hicieran copias, pero aun así los libros eran valiosos al existir sólo una o dos ediciones alternas. Shri Jiva también les consiguió pasaportes especiales de parte del rey de Jaipur, que los tres héroes necesitarían mostrar mientras viajaran por diversas regiones de la India oriental.

Tras las debidas preparaciones, Shrinivas, Narottam y Shyamananda salieron de Vrindavan.


La Primera Agrupación de Sânkirtan Viajero

Al comenzar su viaje hacia Mathura, numerosos devotos, incluyendo a Shri Jiva, les acompañaron al no poder soportar su separación. Cuando la caravana se acercó a Agra, los bienquerientes se quedaron atrás. Ahora su éxodo había comenzado; no podría haber regreso. Pronto llegaron a un pueblo pequeño conocido en esos tiempos como Ita, y luego transitaron por un sendero a través de las junglas de Chota-Nagpur, también conocido como el bosque de Jarikhanda. Dejando a Maghadesh a su izquierda, ellos llegaron a Tamlook, en donde acamparon durante la noche.

Después de muchos meses de viaje, ellos se aproximaron a la tierra de Gaudadesh, o Bengala. Confiados de que su misión estaba cerca de acompletarse, decidieron descansar en una pequeña aldea llamada Gopalpur, justo en los límites del reino Malla de Vana Vishnupur. Aquí la preciada carga de libros fue robada; pero antes de documentar los detalles de este episodio desconsolador, algún antecedente histórico sería de utilidad.

Vana Vishnupur

Ya que la provincia gobernada por Vana Vishnupur tiene un papel prominentemente dentro de la vida de Shrinivas Acharya, sería prudente explicar la geografía e historia de esta localidad. El reino de Vishnupur se encuentra en el distrito de Birbhum, en Bengala, circunscrita al norte por las Santhal Pargannas y al sur por Midnapur. Leagram era la capital, y a principios del siglo VIII fue gobernado por el rey Adimalla (literalmente, “el primer héroe”), quien era originalmente conocido como Raghunath Singh. La tradición asegura que Raghunath Singh fue un guerrero educado por un soberano Bagdi y subsecuentemente instalado en el trono. El reino era independiente y poderoso. D.C. Sen, nos habla acerca del reinado de los reyes Malla:

‘Un registro con fechas, de los reyes de Vishnupur se encuentra dentro de los aspectos Etnológicos e Históricos de Oldham acerca del Distrito de Burdwam (sic). El hijo de Adimalla, Jayamalla, extendió sus dominios al conquistar Padampur, la totalidad de la familia del Raja de esa localidad se suicidó al ahogarse en el estanque de Kanai Sara, tras ser derrotados por Jayamalla y para escapar de él. El rey de Vishnupur número cuarentiocho desde su fundador, fue Vanamalla, cuyo hijo, Ham Bir (literalmente, “yo soy un héroe”) ascendió al trono (hacia finales del siglo XVI). Ham Bir fue conocido como Birhambir ...(debido a su gran reino) y era cabeza de una fuerte banda de ladrones que eran el terror de los reinos vecinos. Él había empleado un numero considerable de asaltantes y criminales que infestaron los caminos, matando y robando a los viajeros. Los astrólogos de la corte, siempre estaban listos para darle

reportes especiales acerca de la fortuna que las estrellas le depararían si llevaba a cabo sus robos en localidades particulares.


El Robo de los Libros

Los ladrones del rey habían estado siguiendo a lo lejos y durante algún tiempo a Shrinivas, Narottam y Shyamananda, cuidadosamente examinando la bien protegida carreta con los invaluables manuscritos. De acuerdo con el Bhakri-ratnakara, ellos habían planeado desde el primer avistamiento, distancia atrás, robar la caravana, al mantenerla bajo una estricta vigilancia, pero ellos esperaron cuidadosamente hasta que llegaron a la jurisdicción del reino del Malla. Los ladrones pronto detectaron que únicamente quince hombres acompañaban a la carreta –diez soldados armados, tres hombres santos y dos carreteros–.

Los asaltantes abrigaban un interés especial por esta caravana debido a que los astrólogos del rey habían profetizado que la carreta, contenía un precioso tesoro (sic). La banda de ladrones, ahora con número de doscientos, uno al otro inflamaban sus imaginaciones al discutir las palabras exactas de uno de los astrólogos: “Esta carreta esta llena de gemas que tienen un valor mayor al del oro”.

Excitados por la posibilidad de una enorme fortuna, estaban a punto de asaltar a la caravana en una aldea llamada Tamar, pero las circunstancias no lo permitieron. Los saqueadores sigilosamente los siguieron a través del pueblo de Raghunathpur, como también por el de Panchavati. Finalmente en Gopalpur, los santos Vaishnavas pasaron la noche cerca de un hermoso lago, con la confianza de que la misión estaba casi a punto de ser completada.

La oscura noche y las estrellas luminosas fueron los únicos testigos del robo subrepticio de los manuscritos, ya que los quince hombres dormían profundamente debido al arduo viaje. Cuando despertaron, fue como si su peor pesadilla se hubiera hecho realidad. La pérdida de este tesoro invaluable fue el más terrible escenario. Nuestros tres héroes no pudieron contener sus lágrimas. Pero Shrinivas el de mayor edad en el grupo, les aconsejó a los otros dos, Narottam y Shyamananda, que secaran sus lágrimas y que procedieran con su misión de llevar el mensaje de los Seis Goswamis a las diferentes partes de Bengala y Orissa. Shrinivas se fijó como su solemne deber el recuperar los manuscritos. Antes de llevar a cabo cualquier cosa, él le escribió a Jiva Goswami para relatarle lo que había acontecido.


El Rey Experimenta Amor por Dios

Mientras Shrinivas se encontraba redactando la carta algunas millas de distancia de ahí, el rey Birhambir estaba examinando los tesoros robados a los diferentes viajeros. Justo entonces, sus sirvientes se aparecieron ante la corte con la más reciente adquisición –el cofre cuidadosamente envuelto de Shrinivas ”con las joyas más preciosas”–. Birhambir dejó caer lo que tenía en las manos y ansiosamente desenvolvió su nuevo premio. Tras escuchar las profecías, escasamente podía imaginar los esplendores que le aguardaban.

En un momento de suspenso, él removió la tela que le cubría y abrió el baúl que reveló únicamente los manuscritos. ¡Qué impresión! ¿En dónde se encontraba el tesoro invaluable? Levantando el manuscrito de hasta arriba y sin poder creerlo, el rey vio la firma “Shri Rupa Goswami”, escrita en una hoja de palmera. Cuando él examinó más detenidamente y contempló la hermosa exposición de la filosofía Vaishnava, sintió que algo cambio en sus adentros. De acuerdo al Gaura-parshad-charitavali, Birhambir alcanzó el amor por Krishna en ese momento. Él entonces con toda reverencia regresó el libro al cofre y se retiró por ser ya de noche, dándose cuenta del grave pecado que tontamente había instigado.


Shrinivas se le Aparece en un Sueño

Mientras el rey descansaba, tuvo un sueño poco usual. Vio a una persona hermosa y refulgente, cuyo cuerpo se encontraba lleno de energía divina. Con una sonrisa llena de amor, esa persona le habló: “No te preocupes. Pronto llegaré a Vishnupur y nos encontraremos. Yo recuperaré mis manuscritos y tú te liberarás de todas las reacciones pecaminosas. Cuando esto suceda, tu felicidad no tendrá límites. Debes saber que tú eres mi sirviente eterno nacimiento tras nacimiento, y yo tu eterno benefactor”. La siguiente mañana el rey, al despertar, sintió que su vida se había renovado, esperando por el día en que su sueño misterioso se hiciera realidad.

Mientras tanto, Shrinivas Acharya entró a las afueras de Vishnupur, en donde se encontró con un brahmîn residente llamado Shri Krishna Ballabha. Los dos Panditas se hicieron amigos, y Krishna Ballabha amablemente invitó a Shrinivas como huésped de su casa. Gradualmente se dio cuenta de la posición exaltada de Shrinivas y se rindió ante él como su discípulo. Poco después, Krishna Ballabha mencionó que el rey efectuaba un estudio regular del Bhagavatam para todos los interesados. Shrinivas se

mostró extremadamente curioso acerca de la naturaleza de esta presentación del Bhagavatam, y le pidió a Krishna Ballabha que le llevara a la siguiente reunión.


La Recitación del Bhagavatam

Cuando ellos llegaron, Vyasacharya, el Pandita de la corte, se hallaba recitando y comentando el Bhagavatam. Shrinivas no se impresionó, mas no mencionó nada. Al día siguiente fueron otra vez, y Vyasacharya se encontraba pontificando de la misma manera. Tras dos semanas de la representación intolerable del Pandita, Shrinivas no pudo contenerse y después de la reunión le habló a Vyasacharya: “Usted, no sigue el texto, y sus comentarios no estan de acuerdo a los de Shridhar Swami, o con otros modelos, exponentes de la filosofía Bhagavat”. Vyasachraya escuchó los comentarios de Shrinivas pero ignoró sus consejos. Sin embargo, el rey, que se encontraba cerca, alcanzó a oír lo que se dijo y se le hizo interesante.

Al día siguiente en el recital de Vyasacharya, una vez más, éste trato de elucidar la sección esotérica del Bhagavatam que describe el rasa-lila de Shri Krishna. Respetuosamente, pero firme, Shrinivas le interrumpió con una pregunta: ”Señor, ¿cómo puede usted comentar tales temas confidenciales sin hacer referencia a las declaraciones autorizadas de Shridhar Swami? Obviamente usted no está familiarizado con su trabajo”. Vyasacharya se torno iracundo. No le gustaba que se le desafiara enfrente de su asamblea de aduladores, quienes estaban acostumbrados sólo a sus peculiares explicaciones acerca del Bhagavatam.

Sin embargo, antes que otra palabra se dijera, el rey, quien se encontraba en la audiencia, comenzó a defender la posición de Shrinivas: “¿Cómo es que este erudito Brahmîn le encuentra fallas a sus explicaciones? ¡Quizá sus interpretaciones son objetables!” A esto, el arrogante Vyasacharya respondió: “¿Quién puede interpretar los textos mejor que yo? Este recién llegado es un advenedizo, y se atreve a cuestionarme en presencia de su majestad”. Entonces, él se volteó hacia Shrinivas e indignantemente se mofó: “Si tú eres una autoridad acerca del Bhagavatam, ¿por qué no te sientas aquí (vyasasan) y explicas estos mismos versos de una forma más brillante?”

Shrinivas se levantó ante el desafío, recitó los versos del Bhagavatam con el estilo más melodioso, y luego espontáneamente los comentó con una gran elocuencia y autoridad. Él presentó toda posible explicación Vaishnava acerca del tema, para luego ofrecer su propia y única presentación. Ninguno de los presentes, había escuchado antes, tal discurso magistral acerca de la filosofía Vaishnava. El rey lo animó para que continuara, permitiéndole disertar durante muchas horas. Cuando él finalizó, toda la asamblea le aplaudió y se llenaron de éxtasis debido al amor por Krishna que Shrinivas les contagió. Vyasacharya no podía creer lo que escuchaba, había sido derrotado pero estaba feliz.

El rey Birhambir se encontraba muy conmovido y le dijo a Shrinivas: “Nunca antes alguien había venido a este reino a compartir tanto amor y erudición de la forma en que usted lo ha hecho. Por favor, ¿dígame su nombre y de dónde viene?” Shrinivas le respondió: “Mi nombre es Shrinivas, y soy originario de esta región (Bengala). Vine aquí para contemplar su opulenta corte y a saborear el Bhagavatam”. A continuación, el rey le ofreció el mejor aposento dentro de palacio y le pidió quedarse todo el tiempo que quisiera.


El Rey se Rinde

Más tarde, esa misma noche, el rey le pidió a Shrinivas que cenara con él, pero Shrinivas le informó que sólo tomaba una sola comida sencilla al dia, y que ya la había ingerido. Sin embargo, Birhambir lo animó a que aceptara un poco de fruta, con lo cual él estuvo de acuerdo, no queriendo ofender a su distinguido anfitrión. Mientras Shrinivas comía su fruta, el rey se sentó a su lado como un humilde sirviente. Nunca antes se había sentido así respecto a nadie: Shrinivas era esa refulgente persona que se le apareció en sus sueños –su guru– y le quería ofrecer servicio como lacayo.

Esa noche, Birhambir oyó a Shrinivas repitiendo el Nombre de Krishna a través del muro, ya que su habitación se localizaba precisamente a un lado de la que ocupaba su distinguido huésped. Pareciera que Shrinivas no dormía en lo absoluto. El rey pensó: “He aquí un santo genuino; él siempre se encuentra absorto en el Nombre de Dios”. Con esta idea placentera, el rey se durmió, escuchando la bienaventurada voz de Shrinivas Acharya en el cuarto contiguo.

Al día siguiente, en la gran asamblea, Shrinivas otra vez habló acerca del Bhagavatam. Por segunda ocasión la deseosa y atenta audiencia saboreó cada palabra. Shrinivas sorprendió a todos los que le escuchaban. Los cronistas del acontecimiento reportaron que: “incluso los muros de piedra que conformaban la sala de la corte parecieran disolverse debido al pathos (emoción)”.15

Shrinivas habló con la suficiente erudición, sensibilidad y devoción para honrar a sus predecesores Vaishnavas, y todos los presentes estuvieron de acuerdo que la sabiduría del orador aventajaba a sus años. Una tras otra, las personas se aproximaron para ofrecer reverencias a los pies de Shrinivas Acharya, con la esperanza de ser aceptados como sus discípulos.

Mas tarde el rey se dirigió ante Shrinivas como un limosnero indigente y le dijo: “Usted es el verdadero rey, porque usted posee amor por Krishna; yo no merezco ni siquiera estar en su presencia”. Shrinivas, con toda la humildad bajo su control, meramente movió la cabeza; él no podía aceptar su exaltada posición. Pero el rey insistió: “¡Por favor; permítame ser su sirviente!” Ansioso por saber el propósito interno de Shrinivas, el rey le imploró: “¿Cómo puedo servirle? Todo mi reino está a su disposición”.

Shrinivas le respondió: “He venido desde la ciudad sagrada de Vrindavan en una misión asignada por Gopal Bhatta Goswami y Jiva Goswami; la cual era traer su literatura original a Bengala. Pero este tesoro desafortunadamente fue robado dentro de su reino. Si no puedo llegar a recuperar estos libros, preferiré abandonar mi vida. ¿puede usted ayudarme a encontrarlos?”

El rey lleno de remordimientos rompió en llantos: “Soy un pobre gusano, perdido sin esperanza en esta tierra de nacimiento y muerte repetidos; siguiendo las órdenes que yo les he dado, mis propios hombres han estado saqueando durante años, y debido a esto llegaron hasta su caravana, pues se nos había dicho que poseían el tesoro más grandioso de todo el universo, y naturalmente quisimos obtenerlo. No puedo expresar mi aflicción”. Entonces reflexionando por un momento, el rey dijo: “Pero existe un lado positivo a todo esto. Nuestro encuentro no se habría realizado si todos estos acontecimientos no hubieran pasado. Yo podría seguir cometiendo estos pecados una y otra vez, con tal de obtener un momento de su asociación”.

Shrinivas le aseguró que tal vida de pecado era innecesaria para alcanzar su asociación. Es más, Shrinivas le aseguró que la vida pecaminosa era un obstáculo para el progreso espiritual. Shrinivas a continuación perdonó al rey de todos sus pecados cometidos, pero le pidió que no pecara más. Desde luego que el rey estuvo más que listo para acatar su mandato.


¡Los Libros están a Salvo!

Agradecido por la misericordia de Shrinivas, el rey lo guió hasta la cámara donde guardaba sus tesoros, y ahí vio Shrinivas el cofre con la literatura de los Goswamis. En ese momento Shrinivas experimentó síntomas de éxtasis, y como gesto de misericordia tomó la guirnalda de flores de su cuello y la colocó en el del rey Birhambir. A continuación, Shrinivas le pidió al rey que le trajera hojas de tulasi, guirnaldas de flores, pasta de sándalo y otros accesorios para adorar los libros sagrados. El rey le trajo todo y con arrobada atención contempló cómo a continuación Shrinivas realizaba la elaborada ceremonia de iniciación que llevó a cabo.

Al recitar el maha-mantra –Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare/ Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare– en el oído del rey, Shrinivas lo inició. De acuerdo al Prema-vilas, Shrinivas le dio el nombre de “Haricharan Das”. Más tarde en esta misma obra se menciona que Jiva Goswami eventualmente le brindó al rey una misericordia especial al escribirle una carta en la cual le daba el nuevo nombre de “Chaitanya Das”. La esposa del rey, la reina Sulakshana, y su hijo el príncipe Dhari Hambir, también se volvieron los sirvientes rendidos de Shrinivas Acharya. El nombre de iniciada de la reina es desconocido, pero el muchacho fue llamado “Gopal Das”. Krishna Ballabha y Vyasacharya también se convirtieron en discípulos dedicados.


Fuente: "La vida de tres santos Vaisnavas" por Steven Rosen

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